Origen
La mayoría de las pruebas que apoyan que la "adicción" es una enfermedad cerebral proceden de estudios realizados en las décadas de 1980 y 1990 con animales de laboratorio a los que se administraron grandes cantidades de anfetamina por vía intravenosa, a veces incluso directamente en el cerebro. Estos estudios investigaron los efectos a corto y largo plazo de las anfetaminas en la estructura y función neuronal. Un
hallazgo consistente es que una sola dosis grande de anfetamina en animales no tolerantes causa daños extensos en las neuronas dopaminérgicas. Esta
neurotoxicidad puede evitarse si se administran dosis crecientes de anfetamina durante varios días al animal. En otras palabras,
la tolerancia es un factor protector para el cerebro;
Daño cerebral: Teoría de la dopamina
A partir de ahí, se creó la teoría de la dopamina, que es la base teórica defendida por el NIDA, Nora Volkow y toda una cúpula de gente. Esta teoría viene a decirnos, brevemente, lo que el NIDA pone en su página web:
Es decir, según ellos, hay un daño irreversible en los receptores D2 de la dopamina;
Uno de los estudios
más rigurosos sobre el tema lo investigó en personas abstinentes y los resultados obtenidos indicaron que no se podían encontrar diferencias entre las personas abstinentes y el grupo de control.
Nora Volkow, directora del NIDA, se pronunció al respecto, reafirmando que la adicción era una enfermedad crónica, pero que para demostrarlo era necesario que las técnicas actuales fueran más sensibles.